Entre las formas ingeniosas que puede tener un presidiario para tratar de escapar de la cárcel, la que verás en este artículo merece un sitio de honor. Se nota que el hombre en cuestión planificó casi todo con detenimiento para su gran actuación.
Aunque su intento fue fallido no se puede negar que se arriesgó con una idea que generalmente sólo se ve en películas. Hasta hace recordar una de las escenas de la cinta ¿Y dónde están las rubias? (White Chicks), quizás se inspiró un poco en ella, quien sabe.
Lo cierto es que, Clauvino da Silva es un narcotraficante brasilero condenado a más de 73 años de cárcel, que intentó fugarse de la prisión de Bangu, en el Estado de Río, con un atuendo bastante particular. Para intentar evadir a la justicia, como logró hacerlo en el año 2013, el prisionero se disfrazó de mujer, pero no cualquiera, quiso imitar el look de su hija de 19 años para engañar a las autoridades del recinto. Haciendo clic en el siguiente vídeo podrás verlo.
Aprovechando la visita que su hija le había hecho, da Silva conocido en el bajo mundo como ‘Baixainho’ se armó con su mejor atuendo femenino, con brassier incluído, y además se colocó una máscara de silicona, peluca de larga cabellera y lentes. Él pensó con toda seguridad que podría burlar a los oficiales de la prisión, pero estos sospecharon del atuendo y lograron descubrir la verdadera identidad de la supuesta chica, que tuvo que pasar frente a ellos para retirar la identificación que dejó al ingresar a la visita familiar. ¡Y que visita!
Por el intento de fuga fueron privadas de libertad varias personas, entre ellas una mujer embarazada, que por su condición no fue completamente revisada antes de entrar a la cárcel, y por supuesto la hija de da Silva quien se enfrenta a una posible condena de entre 6 meses y 2 años de prisión por facilitar una fuga.
No creas que la historia culmina allí, da Silva fue diferido a otra prisión y fue hallado sin vida en su celda. Al parecer lo ahorcaron con una sábana sin que los funcionarios se dieran cuenta. Como reza el refrán “el que a hierro mat*, a hierro muere”.