Si hay una película que sin duda te hará llorar como un niño, es la legendaria: “Hachi: A Dog’s Tale”. Basado en una historia real de un Akita japonés increíblemente leal y desconsolado que esperó que su dueño en la estación de tren de Shibuya (Tokio) todos los días durante nueve años después de su fallecimiento.
La conmovedora historia de una hermosa amistad entre el hombre y un canino se repite 94 años después en Grecia, donde este devoto perro no se ha movido ni un metro del lugar donde su dueño conoció su trágico final hace 18 meses.
Así que toma un pañuelo, ya que la siguiente historia que verás en este vídeo demostrará una vez más que no merecemos perros. Y si pensabas que eres un amigo realmente leal y amoroso, este peludo te enseñará más de lo que tu corazón puede manejar:
Hermosa historia
Según Nafpaktia News, el dueño del perrito en cuestión era un hombre de 40 años llamado Haris. Falleció el 9 de noviembre de 2017 después de una colisión con una mezcladora de cemento en Old Ring Road. La noticia sacudió a la comunidad local ya que solo unos años antes, su hermano había perdido la vida en una situación similar.
Hasta la fecha, sigue siendo un misterio cómo este ‘Hachiko griego’ llegó al lugar exacto donde ocurrieron los hechos, que está a siete millas y media de su casa en Nafpaktos. Afligido, lo ha estado esperando durante un año y medio en el mismo lugar y regresando a él todos los días.
Conmovidos por la persistencia del perrito de permanecer junto a quien en vida fue su mejor amigo humano, los lugareños renunciaron a la idea de buscarle una familia. Decidieron hacer su vida más cómoda construyéndole un pequeño refugio al borde de la carretera. Hicieron un santuario donde le llevan comida y agua. Desde entonces, es el sitio donde el ‘Hachiko griego’ regularmente va y se queda mirando a lo lejos a la espera de que su dueño regrese en algún momento.
Hay innumerables de historias sinceras que demuestran amor y lealtad incondicional canina. Cada testimonio nos toca profundamente, pero también son prueba de que, definitivamente, los perros son realmente los mejores amigos del hombre y que no tenemos otra opción que devolverles el amor.