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Por qué los gatos odian el agua

¿Por qué los gatos odian el agua? Una pregunta que seguramente habrá surgido para todos los celosos dueños de gatos que han tratado de bañarlos. Una experiencia que a menudo termina con arañazos y fugas precipitadas a través de la casa.

Por regla general, todos los felinos tienen una cierta repulsión hacia el agua, a excepción del simpático gato turco que, a diferencia de otros similares, ama mucho nadar y remojarse durante horas.

Sin embargo, la relación de los gatos con el agua siempre ha sido turbulenta: no les gusta bañarse, tomar la lluvia o incluso sentir una gota en el hocico. Pero, ¿por qué los gatos odian el agua? ¡Hemos seleccionado algunas de las hipótesis más confiables! En este vídeo te explicamos un poco las razones de esta peculiar reacción gatuna:

Cuerpo y evolución

La mayoría de los gatos provienen de regiones desérticas de Oriente Medio, donde el acceso al agua y el contacto con ella no eran muy frecuentes, por lo que es algo inherente a sus genes.

Más vulnerables

El pelo de los gatos se moja rápidamente, haciéndolos pesados ​​y torpes en sus movimientos, por lo que un gato mojado es menos ágil, astuto y rápido. Esto compromete sus habilidades de caza y las de escape en caso de peligro, y por lo tanto terminaría sintiéndose más vulnerable a los ataques externos.

Experiencias traumáticas

Si el gato ha tenido experiencias negativas con el agua, especialmente a una edad temprana, difícilmente aceptará estar mojado. Por ejemplo, si lo lavaron a la fuerza o lo encerraron bajo la lluvia incesante y la tormenta, pasará un tiempo antes de que cambie de opinión. ¡Ármate de paciencia!

Temperatura corporal

El contacto con el agua reduce significativamente la temperatura corporal del gato, ya que enfría el cabello y la piel subyacente. La sensación que siente el felino es cualquier cosa menos placentera y, en lo que respecta a los seres humanos, el choque térmico puede provocar resfriados y otros problemas de salud.

Qué hacer si un baño es absolutamente necesario

Puede haber un momento en el que no tengas más remedio que bañar a tu amigo felino. Ya sea porque sufre una alergia o porque se ha ensuciado mucho. Aunque no sucede a menudo, procura no sumergirlo del todo en el agua al momento de bañarlo.

La mejor manera de lavarlo es usando una esponja. Recuerda utilizar guantes gruesos y camisas de manga larga para evitar los arañazos. Luego, asegúrate de secarlo bien para evitar que se resfríe o tome un comportamiento inadecuado.

Compartir una casa con amigos felinos es genial porque son buenos compañeros y es bueno tenerlos cerca. Los gatos son criaturas de hábitos y odian cuando se interrumpe su rutina. A nuestros amigos felinos no les gustan las sorpresas y pueden ponerse muy nerviosos, especialmente si es algo a lo que no están acostumbrados. Forzarlos a bañarse es sin duda una de las cosas que más los estresa, a menos que sea una de esas razas a las que les encanta jugar con agua.

¿A que ahora empatizas más con ellos?

Mariflor Rivero

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