Shinya Yamanaka, un investigador japonés, logró revertir el tiempo de las células en 2006. Demostró que, con cuatro genes, las células de adulto podían volver a un estado similar al embrionario y recuperar su capacidad para convertirse en cualquier tipo de tejido.
Hasta hoy, se consiguió reprogramar células y convertirlas en casi cualquier tipo de tejido. No obstante, aún hay retos relacionados a esta técnica, como hacer que las células trasplantadas se comporten como deben y sirvan para tratar enfermedades.
Una clínica dedicada a los tratamientos de fertilidad, aprovechando las celebraciones del Orgullo gay, planteaba que una pareja homosexual pudiera tener hijos con la información genética de ambos. La idea era tomar células normales, reprogramarlas y crear un espermatozoide y un óvulo. Al fecundarse, podría inseminarse en el útero de una mujer.
Esta técnica ambién podría significar un avance para las parejas heterosexuales con problemas de fertilidad.
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Experimentos con los animales
En 2016, un grupo de investigadores de la Universidad de Kyushu, en Japón, consiguió producir óvulos de ratón funcionales a partir de células madre pluripotentes, es decir, células derivadas de otra. En su estudio, sometieron a los óvulos cultivados en el laboratorio a fecundación in vitro y los insertaron en hembras de ratón. Consiguieron la gestación, que dio como resultado un pequeño porcentaje de crías fértiles que tuvieron otras crías.
En 2018, un equipo chino logró superar un problema biológico usual en el procedimiento de reprogramación celular. Cuando hay una cría resultante de padres de distintos sexos, hay distintos genes del padre o de la madre que se encienden o se apagan. Este embrión puede ser viable porque hay un equilibrio de genes apagados y encendidos. Pero, si se crea un espermatozoide a partir de células de la hembra, los genes apagados en el óvulo y en el espermatozoide serían los mismos y el sistema natural colapsaría.
Los investigadores de la Academia China de Ciencias manipularon genéticamente a las células para evitar este problema. Produjeron 29 crías viables a partir de 210 embriones. Pero, al intentar lo mismo con los machos, fracasaron.
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