El Instituto Nacional de Ciencias de la Salud y el Medio Ambiente de Estados Unidos publicó los resultados de una investigación en la que estudiaron a 44.000 mujeres que estuvieron expuestas a la luz artificial durante la noche para conocer si eso guardaba relación con el sobrepeso.
Las epidemiólogas Dale Sandler y Yong-Moon Mark indicaron que “la exposición a luz artificial durante la noche puede afectar la calidad del sueño, lo que a su vez afecta la alimentación y la actividad física", según reseña Caracol.
Las expertas explicaron que cuando una mujer se expone a luz artificial durante la noche, se afectan los genes del reloj circadiano, que es el que regula los cambios en las características físicas y mentales que suceden durante el día.
Cabe destacar que en el pasado, esta alteración fue estudiada en roedores y arrojó que el comportamiento alimenticio de los mismos se alteraba por culpa de la luz artificial.
La investigación de Sandler y Mark tomó como base los datos del “Estudio Hermana”, una amplia recopilación de análisis en la población femenina norteamericana entre 2003 y 2009, con adultas entre los 35 y 74 años. A esa información se le supervisó durante cinco años, y los resultados fueron los siguientes:
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Las mujeres que estuvieron expuestas a una luz artificial en el lugar donde iban a dormir, presentaron mayor circunferencia en sus cinturas. Entre el 41,6% y 50,5%, comparadas con mujeres que no recibieron luz artificial al dormir.
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En general el 62,4% de las féminas que fueron expuestas a luz artificial que provenía de la parte externa de sus habitaciones tuvieron un índice de masa corporal mayor a 25,0 lo que se considera sobrepeso u obesidad.
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Otro grupo representado por un 71,6% que estuvo expuesto a luz artificial dentro de la habitación donde iban a dormir, presentó un índice de masa corporal mayor a 25,0, es decir, que también presentó sobrepeso.
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De igual manera el estudio reflejó que la exposición a la luz artificial se relaciona con desventajas socioeconómicas y conductas no saludables.
Así que ya tienes pruebas para convencer a tu pareja que no deje el televisor encendido para dormir, o se ponga a leer mientras tú duermes. Lo ideal es que al momento de descansar la persona esté lo más relajada posible en una habitación con ventilación natural, que sea acogedora y donde no permanezca encendida la iluminación artificial.
Cuéntanos, ¿te sorprende este hallazgo?