Esta madre quedó sorprendida cuando una carta donde se la acusaba de lo peor: hacerle daño a su hija. Nicky Rowlands tuvo que ver cómo su hija, Bethanie, era internada en un psiquiátrico durante 10 meses por un desorden que no padecía. Las acusaciones: Trastorno Facticio Infligido a otro -síndrome de Münchhausen por poder-
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Bethanie se quejaba de un dolor constante al caminar y vomitaba después de comer o beber cuando era bebé. Después de una operación de amígdalas rutinaria, en 2014, dejó de comer completamente. "Supe apenas le hicieron la operación que algo no estaba bien", dice la madre a la BBCMUNDO.
Los médicos tuvieron que alimentarla por un tubo. Asumieron que eran infecciones y la niña no toleraba los antibióticos. La adolescente dice que le dolía comer y que cuando intentaba hacerlo se ponía peor. Los doctores seguían en busca de un diagnóstico. Sin embargo, la madre buscó la explicación por internet, pero la desestimaron por ser "demasiado rara".
Luego llegó la carta que lo cambió todo en 2015. Los médicos cambiaron por completo su actitud hacia el caso y le negaron el acceso a los archivos médicos de su hija. No obstante, cuando pudo verlos se dio cuenta del error:
Rowlands descubrió que era el nombre de otra niña, y que tuvo desórdenes de la alimentación, problemas de autolesiones y adicciones a calmantes.
Bethanie fue devuelta a su hogar cuando se le diagnosticó Sindrome de Ehler-Danlos. Pero el tiempo perdido y los daños quedan.
BBC
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Rara condición
Bethanie se quejaba de un dolor constante al caminar y vomitaba después de comer o beber cuando era bebé. Después de una operación de amígdalas rutinaria, en 2014, dejó de comer completamente. "Supe apenas le hicieron la operación que algo no estaba bien", dice la madre a la BBCMUNDO.
Los médicos tuvieron que alimentarla por un tubo. Asumieron que eran infecciones y la niña no toleraba los antibióticos. La adolescente dice que le dolía comer y que cuando intentaba hacerlo se ponía peor. Los doctores seguían en busca de un diagnóstico. Sin embargo, la madre buscó la explicación por internet, pero la desestimaron por ser "demasiado rara".
Luego llegó la carta que lo cambió todo en 2015. Los médicos cambiaron por completo su actitud hacia el caso y le negaron el acceso a los archivos médicos de su hija. No obstante, cuando pudo verlos se dio cuenta del error:
Rowlands descubrió que era el nombre de otra niña, y que tuvo desórdenes de la alimentación, problemas de autolesiones y adicciones a calmantes.
Bethanie fue devuelta a su hogar cuando se le diagnosticó Sindrome de Ehler-Danlos. Pero el tiempo perdido y los daños quedan.
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