En marzo inició la temporada de escalada 2019 del monte Everest, la montaña más alta de mundo con 8.848 metros de altura. Para muchos esta temporada es la mejor, ya que se goza de un excelente estado del clima, propicio para el ascenso y descenso de la montaña. Por ello es una de las épocas en las que la cúspide está más abarrotada de turistas.
Desde el comienzo de la época apta para llegar a la cima, unos 17 excursionistas han perdido la vida en el Himalaya (Nepal), mientras que del lado tibetano se han registrado más víctimas sin mencionarse una cifra específica de cuántos.
Las autoridades y organizaciones de las expediciones han manifestado que durante el 22 y 24 de mayo fallecieron tres ciudadanos indios, un austríaco y un nepalí.
Al parecer las favorables condiciones climáticas y el hecho de que se hayan otorgado muchos permisos de ascensos a los escaladores, hizo que el 22 de mayo se situaran unos 200 alpinistas en la cima, en definitiva, muchas personas en una misma jornada. Por tal motivo se experimentaron largas colas para el descenso, tiempo en el que algunos perecieron en las laderas y sufrieron mal de altura.
El expresidente de la Asociación de Alpinistas de Nepal, Ang Tshering Sherpa, detalló a AFP que estar mucho tiempo en las alturas del Everest “aumenta los riesgos de congelación, de sufrir mal de altura o incluso de muerte”.
Este 2019 se entregaron 381 permisos en Nepal, lo que ha significado una cifra récord. Por su parte el Tíbet concedió 140 permisos a exploradores para el flanco norte de la montaña.
Un caso emblemático
Entre los sucesos destaca el caso emblemático de ejecutivo de ventas norteamericano que dejó la seguridad de su vida por perseguir un sueño, escalar las montañas más altas de cada continente. Donald Lynn Cash, de 55 años de edad, alcanzó la cima del Everest pero su salud le jugó una mala pasada.
Según relató el jefe de la empresa organizadora de la expedición, Pasang Tenje Sherpa, en entrevista para AFP, Cash padeció mal de altura, “cuando estaba en la cima, simplemente cayó. Los dos sherpas que estaban con él le hicieron reanimación cardiopulmonar (RCP) y masajes. Después de eso, se despertó y luego, cerca del Paso Hillary, se volvió a desvanecer”. En palabras de su hija, Danielle Cash, este hombre culminó lo que siempre soñó, al menos dejó este plano con esa satisfacción.
Queda en evidencia el peligro que puede representar el turismo desmedido en una zona, además de producirse más contaminación y explotación de los recursos, el mismo turista puede poner en peligro su vida.