Un hombre chino está siendo bautizado como el ‘ladrón más amable del mundo’ después de que las imágenes de seguridad recientemente publicadas lo mostraran compadeciéndose de la mujer a la que estaba robando.
La mujer, quien fue identificada por apellido Li, estaba retirando dinero de un cajero automático en un banco de ICBC en Heyuan (China), el mes pasado cuando fue abordada por un hombre que empuñaba un cuchillo.
Aterrorizada, Li le dio rápidamente los 2.500 yuanes ($371) que acababa de retirar de la máquina, pero cuando el hombre no estaba satisfecho con la cantidad, le pidió que le mostrara el saldo de su cuenta.
Amabilidad
Sin embargo, al ver que el saldo de su cuenta estaba en cero, el hombre simplemente se ríe, sonríe y le entrega el dinero que acababa de quitarle. Además, se puede ver al hombre casualmente alejarse de la orilla mientras Li lo ve irse con incredulidad.
El ladrón, quien finalmente fue identificado por su apellido Deng, fue encontrado y detenido por la policía de Heyuan, según los medios de comunicación de Miaopai. La policía dice que, según los informes, había tratado de robar a la mujer porque “no tenía un trabajo permanente”.
Independientemente de su motivación moral, el hombre está recibiendo elogios de los usuarios de las redes sociales de todo el mundo después de que se publicara el video de seguridad de su gesto compasivo el mes pasado.
Otro robo loco
Según reseña La Vanguardia, en España, el robo más sonado y loco, es sin duda, el que protagonizó El Dioni hace ya casi 24 años. El 28 de julio de 1989, Dionisio Rodríguez Martín era el jefe de la custodia de un furgón blindado de la empresa de seguridad Candi S.A. A las 10:00 de la mañana de ese día tomó la decisión de robarlo, según comentó años después. Aprovechando la ausencia de sus dos compañeros se fugó con los 298 millones de pesetas.
Salió de la cárcel en mayo de 1995 en libertad condicional, tras cumplir tres cuartas partes de la pena de tres años y cuatro meses que le habían impuesto. Del dinero robado se pudo recuperar 175 millones de pesetas. El delito provocó la bancarrota de la empresa Candi.