Flatey es la única isla habitada de los 3.000 pequeños islotes que salpican la espectacular bahía de Breidafjordur. La isla es importante por su combinación de características naturales y patrimonio histórico. Los pasajeros del ferry se detienen en su camino entre la península de Snaefellsnes y los fiordos del oeste. Esta isla de solo 6 habitantes ha sido elegida como la mejor del mundo.
Durante todo el invierno solo hay un puñado de residentes que viven en Flatey. Muchas familias llegan en verano para ayudar a renovar las encantadoras casas antiguas de madera de sus antepasados. Las casas son ejemplos perfectos de un pueblo islandés del siglo XIX. Casas antiguas bellamente conservadas en colores alegres encarnan el espíritu y la prosperidad que la isla disfrutó como el centro comercial y pesquero de Breidafjordur durante su apogeo alrededor de 1900.
La isla fue además una cuna esencial de cultura en Islandia. Su antiguo monasterio, construido en 1172, fue un centro de conocimiento. El monasterio se encontraba en el punto más alto de la isla. Los monjes en el monasterio crearon el manuscrito.
Los amantes de la naturaleza y los observadores de aves acuden en masa a la isla por el paisaje volcánico único que ofrece muchos lugares de anidación para la gran cantidad de especies de aves que se encuentran allí. El área admite más de 230 especies de plantas vasculares registradas y alrededor de 50 especies de aves reproductoras regulares, por ejemplo, charrán ártico y pato eider.
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